Al menos 26 incendios permanecen activos en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Magdalena, Tolima y Valle, y los embalses que distribuyen agua y energía están en niveles del 70%.
Por: Ana Lucia Duarte
Como es bien sabido el planeta Tierra debe estar en equilibrio para no generar alteraciones en sus sistemas, por ejemplo debe existir un equilibrio energético entre la cantidad de energía recibida por el sol y la cantidad de radiación emitida desde la superficie terrestre, cualquier cambio que se genere puede ocasionar variaciones en el sistema climático.
En los últimos años se han registrado cambios que se han intensificado debido a la vulnerabilidad de ciertas regiones frente a fenómenos naturales (como el del niño y la niña) y el impacto de las actividades humanas, trayendo consecuencias en los medios físico-natural y socioeconómicos, tales como incendios forestales, bajos niveles de lluvia, reducción de la oferta agrícola y su impacto sobre los precios de los alimentos, reducción de la pesca marítima, reducción en los volúmenes de carga transportada por ríos, aumento de enfermedades tropicales, afectaciones en el sector ganadero, entre otras. Por lo que se hace necesario la implementación de estrategias y planes de contingencia que ayuden a mitigar los efectos.
Colombia es un claro ejemplo de la variabilidad del clima, sequías intensas en épocas inesperadas y lluvias más fuertes y prolongadas cuando se anuncia tiempo seco. Dependiendo de la intensidad con la que se presentan los fenómenos, otros efectos pueden aparecer.
Lo cierto es que a pesar que los pronósticos climáticos y estudios de la dinámica atmosférica se están llevando a cabo y se dan a conocer por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM, las medidas de prevención y mitigación no se han desarrollado de la manera adecuada. Por ejemplo, cuando hubo una alarma en el 2014 de la aparición del fenómeno climático que nunca se presentó y que este año efectivamente sí llegó, no se activaron los planes de contingencia y hoy día la crisis es preocupante, al menos 26 incendios permanecen activos en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Magdalena, Tolima y Valle, y los embalses que distribuyen agua y energía están en niveles del 70%.
Las proyecciones anunciadas en Septiembre por el Centro de Previsión del Clima (CPC) de Estados unidos, afirman que el fenómeno climatológico del niño durará hasta la primavera boreal de 2016 y podría ser uno de los más intensos de la historia, razón por la cual el Ministro de Vivienda y Agua Potable, Luis Felipe Henao, anunció medidas sancionatorias para quienes derrochen agua.
Aunque no podemos tener control de las condiciones climáticas y sus variaciones, jugamos un rol importante en la ejecución de los planes de contingencia, dando prioridad a las zonas más susceptibles, con el fin de evitar emergencias y pérdidas como las que se han presentado en el 2015.